viernes, 20 de noviembre de 2009

No l’havia sorprès gents aquella situació, per això anava tant equipada per estar sola. Li havia faltat un àcid. Millor, així l’endemà aniria a la fira ARCO de madrid, on es trobava en aquells moments. Però tampoc s’havia quedat curta, un bonic mig litre de Franziscanner, unes voll-damms i una ampolla de cava. ¿Alcoholisme? MAI! Es preguntava quina era la diferència entre pillar-se un munt d’alcohol per passar una nit sola a un hotel de madrid o tenir una preocupant dependència a les begudes alcohòliques. Era preocupant el fet de ni plantejar-se sortir a la nit sense beure al menys 3 o 4 voll-damms? Realment formava part d’una generació d’alcohòlics? D’adictes? Drogues, alcohol, festa, afters, raves, autodestrucció… Però ella es preguntava… en quina aparició divina es van donar les lleis que marquen que allò antinatural, incorrecte, negatiu, és tot allò que considerem actualment com a tal? Hi hauria gent que contestaria que l’alcoholisme i les drogues son dolentes perquè ataquen la nostra persona. És possible, i és, que es negatiu pel funcionament físic de l’ésser humà, però què passava amb allò positiu per la ment, LA MENT, allò que ens fa diferents a la resta d’animals, allò que tant apreciem amb el conegut “cultiva tu mente”… doncs… perquè aquesta societat havia decidit deixar en plà secundari, o últim allò que en part és positiu per la nostra ment? En quin moment ha deixat de ser important l’art? Quan s’ha oblidat el món de la importància de la cultura, dels coneixements més enllà de la realitat cotidiana que ens ve implantada? Què ha passat amb la nostra essència, amb la vertadera visió de la nostre ànima? Quin va ser el moment en el que es van començar a posar barreres perquè la gent s’oblidés d’anar més enllà? Fins a quin punt allò antinatural no és el simple fet de reprimir els nostres impulsos més primitius, aquells que venen donats pel nostre interior més profund?

No parem de crear, de construir, l’objectiu principal dels homes es ser útil i necessàri desarrotllant algun tipus de tasca, servei, crear objectes, fàrmacs, noves formes de pensar, escriure un llibre, grabar un cd, fer una pel·lícula, descobrir el perquè de tot el que encara no te una explicació, pintar un quadre… Llavors s’imaginava un lleó, un lleó gran que viu en mig de la sabana africana. El lleó, mentre menja, dorm, es reprodueix i poc més, no està intentant fer res ni demostrar res, tant sols es útil al món per a la seva existència. Una mosca, el món canviarà si està donant-se cops indefinidament contra un vidre fins que es mori de tontisme? Llavors, nosaltres els essers humans, no som necessàris pel simple fet d’existir? Si un home neix en un lloc remot del mont i creix entre els animals a lo mogli, ja no es útil? Es un desfet humà perquè no ha fet res útil per la societat? I si ara imaginem un munt d’éssers humans naixent al mateix lloc? L’únic que s’em acut es que allò que poden aportar amb intensió, es perjudicial segur per la resta d’elements de la naturalesa. ¿La naturalesa es sabia? ERROR, si ho fós, creieu que ens hauria fet intel·ligents perquè comencessim a fer tot el que em fet? I si realment és sabia, crear-nos amb la qualitat de pensar es totalment una estratègia suicida. LA NATURALESA TÉ UNS CLARS INSTINTS SUICIDES. Llavors, salvar-la està sent una tortura per a ella mentre nosaltres creiem que fer-la durar es lo positiu.

I finalment, el simple fet d’existir es el que ens fa éssers vius, éssers dignes de viure a la terra i que realment el que hauriem de fer es el que ens vingués en gana, beu, droga’t, fes el que vulguis, no escoltis res del que et diguin, si vols morir jove: mor jove, tenim tot el dret, la resta es tot una farsa que et durà a la mort. Fagis el que fagis estas condemnat i no busquis perquè no hi ha cap resposta més.

'La femme du blog'
...o em podeu dir també Catherine o Isabelle

martes, 3 de noviembre de 2009

Yupiland S.L.

Esa mañana tenía que despertarme a las ocho y media para arreglarme e ir a una entrevista de trabajo en una multinacional que apestaba a corrupción en su solo nombre acabado en S.A (¿o era SS quizá?). No hubo necesidad de despertarse ya que no conseguí pegar ojo en toda la noche, el diente se había caído y ya no estaba en su correspondiente cordón.
Lo misterioso del asunto era que la cuerda seguía intacta alrededor de mi cuello, pero el diente había desaparecido, ¿se había picado con el paso de los años? ¿tendría que haberlo cepillado con mas frecuencia?
Me quedo bloqueado en un pensamiento espiralítico que gira en torno a cordones, cuellos y dientes podridos-perdidos.
Mi cuerpo activa el modo ON y el robot se afeitaba solo, mientras el autentico Yo (o lo que quedaba de él) daba vueltas en los mundos de Yupi pensando en un absurdo amuleto perdido y que por una razón u otra había conservado desde la niñez, cosecha de mi propia remesa de dientes de leche (de RAM señora, por supuesto)

El Otro se ha preparado el desayuno, el autentico yo grita desesperadamente en un rincón por la perdida del diente, que no representa la perdida de un objeto, representa la perdida de un ritual, de una serie de gestos que al cabo del día sirven de refugio ante unas relaciones sociales que se tornan extrañamente hostiles y fuera de lugar. Tocar el diente representaba un bunker entero con comida para cuarenta años al margen de todos esos gritos y cláxones de coches por la mañana.

Ha lavado el plato, el cuchillo,la taza y la cafetera del desayuno, el que esta dentro del limbo de pensamientos, no para de girar el dedo indice alrededor de un colgante del que no cuelga nada y ese vacío le hace girar el dedo con mas intensidad.

Ya se da los últimos retoques al peinado frente al espejo y sale por la puerta dirección al metro, el otro desanda el camino que recorrió el día anterior, desordenando archivos y archivos de recuerdos apilados en carpetas multicolor.

Llega a la oficina diez minutos antes de lo previsto, apretón fuerte de manos “Pues mira ya que estas aquí empezamos antes, me gusta la gente puntual”. El Otro ha causado buena impresión.
Me centro de nuevo en pilas y pilas de papeles con recuerdos garabateados y dejo que el Otro siga conversando con el tipo de la corbata.

De nuevo un apretón de manos, ahora a modo de despedida, un poco mas informal incluso con una bromita jocosa que el Otro sonríe en el momento adecuado pero que a mi me provoca una arcada en uno de mis rincones más mugrientos de Yupiland S.L.

El Otro llega a casa de nuevo, se pone el pijama y se tira en el sofá. Enciende la tele y ahora me recuesto a su lado, el otro vuelve al OFF y me quedo medio dormido haciendo zapping entre la cara de Jorge Javier Vázquez, Belén Esteban y un documental de la Dos en la que una familia de monos: los bonobos, se pasan la vida fornicando entre ellos y utilizando el sexo como sedante social...entre sueños mezclo la imagen hombres con corbata, Jorge Javier, La Esteban y los monos fornicadores cuando el móvil empieza a vibrar...descuelgo un número oculto y trato de disimular la voz de dormido.

¿Antonio?, dice desde el otro lado una voz de secretaria cincuentona con pinta de llamarse Puri. Mira Antonio, que mañana tienes la segunda entrevista, esta más informal, para aclarar el tema de los turnos que te vayan mejor y para firmar los papeles y esas cosas. ¡Qué esta es una empresa muy seria!

Dice la señora Puri sin apenas respirar y tan solo dejándome responderle un gra..gracias con un hillillo de voz incrédulo.

Me hecho las manos a la cabeza y respiro aliviado, dejo caer los brazos pesadamente y los dedos que se meten entre la ranura izquierda del sofá palpan la superficie puntiaguda de un colmillo.

Fandelosbonobos

lunes, 2 de noviembre de 2009

De lo que un hombre normal ha de ser capaz.

Hace tres cervezas que pasé de ser un tipo misterioso e interesante a un idiota sin demasiado que aportar a una noche que se escapa por un sumidero de un lugar extraño al que ni siquiera recuerdo haber llegado. “Otra cerveza”, mientras medito la próxima acción suicida de mi ejercito de enanos barbudos y malhumorados. Ojos de cordero sobre un letrero de neón bastante parecido a mi cara, no entiendo por qué tienen que poner espejos en las barras de bar. Un momento, solo un momento y vuelvo a la mesa de ajedrez del destino del micromundo R-48275923728563. Esta cerveza también corrió demasiado, no como la canción que nunca podré tocar con los dos pies derechos de este zurdo de ideas. Conversaciones banales sobre acciones banales de hormigas tomando el té a la sombra de una bonita lupa.

El final estaba escrito y ya confirmado con mi segundo Jack´s Daniels. Mientras sigo buscando un lugar seguro donde esconderme me fijo en el micromundo de al lado, allí un tipo saca todo su repertorio de frases de películas para adolescentes y gana su partida. Quiero vomitar sobre su flequillo adecuadamente despeinado.

Pienso en el movimiento estrella de la temporada. Debería subirme en la mesa y bailar un zapateado sacando a la chica a bailar; que clientes y camareros tocasen las palmas al compás y el dueño del bar nos casase como en aquella canción. Debería aparecer godzilla y con mis puños desnudos enseñarle a esa lagartija quien es el rey del mundo sin tan siquiera aflojarme el nudo de la corbata. Tal vez solo debería responder a la pregunta que me hace la inflamadora de todos mis males (por este corto periodo de tiempo) en vez de sumar 2 a la puntuación de idiotez. “Perdona, no te escuché, es que me había quedado embelesado con tu bonita mirada”, ahora quiero vomitar sobre mi propio pelo adecuadamente despeinado; pero ella sonríe y yo saco lo más parecido a una sonrisa con guiño que guardo en mi baúl. Pequeña victoria espontáneamente estratégica.

Vomitar en el baño de un bar se convierte en una acción cíclicamente infinita. Más vomitas, más asco te da el lugar donde vomitas y más vomitas. Tengo que focalizar en otras cosas y leo las frases de retrete a ver si se me pasa cuando veo el culmen de la literatura posmoderna “Tonto el que lo lea”. ¡Bang! Quiero dar gracias a Mr. Originalidad por darme fuerzas en estos momentos bajos. Es bonito ver que hay gente más idiota que uno mismo. Limpio en la manga de la chaqueta el último hilillo amarillento que sale del agujero por donde suele entrar el alcohol. Me levanto de un respingo... demasiado rápido... Me vuelvo a levantar con más cuidado y consigo llegar a la mesa donde estaba mientras me enciendo un cigarrillo que cambie mi garganta de sabor-bilis a sabor-ceniza. Mucho mejor, no he caído sobre nadie ni he provocado un incendio.

30 segundos es lo que necesito para ver (entender) lo que pasa frente a mi: justo al lado de Miss Inflamadora el del flequillo adecuadamente despeinado (no yo, el otro) así que solo me queda una cosa por hacer. Ruido de vaso estrellándose contra la pared a escasos centímetros de un flequillo que no me gusta un pelo. Ahora tengo la atención de todo el bar. Guiño a Miss inflamadora y reverencia al público.

No han tenido que echarme porque ya estoy camino de casa con esos dos ojos clavados en mi mente. Mala suerte si el savoir faire no es lo tuyo. En casa la última cerveza y el redtube para que mi ejercito de enanos barbudos y malhumorados se calle. Silencio que necesito dormir.



El sobrino de Jack.